lunes, 8 de junio de 2009

Mujer inteligente, divertida, bonita, simpática, con visión 20/20, sentido de orientación y excelente historia crediticia se deja engordar.

Tanto a las tías Mora como a los vecinos de la casa de los Torres no les tomó mucho tiempo llegar a la misma conclusión: Marielita, la hermana mayor de la familia, subió varios kilos durante su estadía en Barranquilla. Aunque esta profesional con excelentes cualidades personales y profesionales fue considerada el orgullo de la familia y del barrio ininterrumpidamente desde 1987, la acumulación grasa que se alcanza a adivinar en sus caderas preocupa a todas las personas que la quieren y que no dudaron un minuto en hacércelo notar "por su propio bien", afirmó Esther Mora Torres, una de las tías. "Qué mejor manera de ayudar a nuestra adorada Marielita que insistíendole día y noche en que si no baja de peso se va a quedar sola y abandonada. No queremos que por un exceso de piernas o unas llanticas mal parqueadas o la posibilidad de conejos nuestra querida niña vea truncado su futuro. Todavía no es demasiado tarde." agregó Mora Torres.

Al parecer, Marielita no es la única profesional de éxito que se ha dejado tentar por los excesos. Otras mujeres de su generación han empezado a dudar sobre la importancia de la perfección física en su futuro emocional y profesional. Algunas incluso han llegado a ser conocidas por repetir pernil en las festividades y por comprar leche entera. Esta es una noticia positiva para los profesionales de la "salud" estética que ven en esta nueva actitud frente al cuerpo una mina de oro que explotará en unos 10 o 20 años. "Puede que ahora sea negocio invertir en chocolates y tamales pero dentro de unos añitos la clave va volver a ser la misma de siempre: dóctor, hágame flaca y feliz.", comentó un doctor que se hace llamar dóctor y que promociona su negocio en las revistas de farándula.

Desde acá le deseamos a Marielita una pronta recuparación.

jueves, 4 de junio de 2009

"Joven" encuentra solución a irritabilidad y frustración constantes por estupidez colectiva.

Turbio usuario de internet, que se hace llamar "joven", descubre mecanismo para participar del flujo de información y dar su perspectiva personal de los horrores de la sociedad. En un arranque de inusitada inventiva, inicia en este mismo momento una columna del absurdo para canalizar observaciones y opiniones que, de no ser por la generosidad de google, habrían quedado en el olvido. Aunque todavía no ha revelado la verdadera dimensión del proyecto o cada cuanto será actualizado el espacio, en parte porque el "joven" todavía no ha pensado en eso, seguramente se tratará de una acumulación de bytes que unos pocos leerán e incluso menos personas disfrutarán. "Hacer un experimento tan críptico hace que al lector le tome tiempo "coger el chiste" y soltar la tan anhelada carcajada. Amanecerá y veremos", afirmó el autor para justificar su posible falta de gracia.

A pesar de que siempre hay algo mejor que hacer y su mujer, su mascota y su familia extendida le piden más atención, el "joven" emprenderá esta aventura como un acto de resistencia al lema de "El tiempo es dinero". Es una manera de "hacerle frente a tanta pendejada junta que aparece en el periódico y en la televisión en esta época de monarcas y mercachifles", comentó mientrás pensaba en servirse un vaso de agua y llamar a sus amigos para tomarse una cerveza.
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