jueves, 18 de marzo de 2010

Chismoso crónico descubre que celular lleva 1 hora sin pila

Ernesto Aranguete se sorprendió el pasado jueves al descubrir que el celular por el que llevaba hablando más de 3 horas se había quedado sin pila hacía casi 70 minutos. "Yo le estaba contando a mi mami cómo nos estaba yendo en el paseo de la oficina y, como ella quería detalles, pues yo le di detalles." Las personas sentadas a su alrededor, cansadas de esperar a Ernesto para cantarle el cumpleaños a Nidia, se percataron de algo extraño pero no dijeron nada porque ya están familiarizados con este comportamiento. El señor Aranguete sufre de una extraña enfermedad que le impide controlar el flujo de información ajena y mal habida que le comunica a los demás. Este padecimiento, que por años se pensó era nativo de nuestro país, nació en las cortes europeas del siglo XII y, contrario a la percepción común, es exclusivo de los hombres de más de cuarenta años.

"No le miento si le digo que a mí esto me ha pasado antes pero en los teléfonos de moneda de 1 peso que a veces les ponían olores raros para que uno pensara que había tocado orines o caca pero en realidad era pura ilusión. Es que hay gente muy dañada como unos jóvenes que se paran frente a la panadería que algo se traen. Yo creo que hasta drogadictos deben ser porque se visten con unas chaquetas grandes y oyen puro reggaeton. A mí no me meten cuento. Además, eso es patrocinado por el señor de la panadería que tiene un pasado turbio. Él tuvo un problema grave en la juventud y le tocó irse del país por un montón de tiempo..." siguió afirmando Ernesto, mientras firmaba un contrato de trabajo como director de noticias de nuestra redacción.


¡Bienvenido sea, periodista de raza!

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